Leer: Deuteronomio 26: 2, 11,18, 19
Quienes se oponen a la doctrina de los diezmos, alegan que dicho mandamiento forma parte de la ley, la cual estuvo vigente únicamente para Israel y antes de la llegada de Cristo. No obstante, en la Biblia no hay relleno, Dios incluyó esos pasajes para que enseñarnos algo.
1. Lleva los diezmos al templo y adora a Dios.
Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. (vs. 2)
Nótese que no dice que acudamos al templo más cercano o más bonito, sino al lugar que él escogió para hacer habitar allí su nombre, es decir, a la iglesia donde él nos estableció. Y reconocer todo el amor y la bondad de Dios para con nosotros.
2. Alégrate por la bendición.
Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti. (vs 11)
El reconocer las virtudes de Dios nos lleva a reconocer y alegrarnos por todo lo bueno que Dios ha hecho por nosotros, pero él desea que le contemos a todos nuestros familiares y amigos sobre estas cosas para que juntos nos alegremos por ellas.
3. Recuerda quien eres.
Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho. (vs 18-19)
Somos lo que Dios dice que somos, el tener esto presente nos llevará necesariamente a vivir como los hijos de Dios, escogidos de entre todas las naciones. ¿para qué? para nos apartemos de todo lo que el mundo nos ofrece, le obedezcamos a Dios en todas las cosas y disfrutemos de su favor y bendiciones.
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