Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 2 Re 3:9.
El discernimiento es esa capacidad que nos permite distinguir aquello que a simple vista no se ve, como son las verdaderas intenciones de las personas o la raíz de cada problema que se nos pueda presentar, esto lo logramos con base en la intución y el pensamiento racional. Lo cual nos puede ayudar en la toma de decisiones.
Algunas de las cualidades del discernimiento:
- Descubre la raíz del problema. (1 Re 3:7b-9) Los líderes de grandes organizaciones deben afrotar grandes problemas de los cuales no siempre logran reunir suficiente información para armar un cuadro completo de ellos, por lo cual deben recurrir al discernimiento e ir al grano.
- Realza la solución de tu problema (1 Re 3:10-12) Si puedes ver la raíz del problema, puedes resolverlo. Por tanto procura averiguar las causas que lo originaron.
- Evalúa tus opciones (1 Re 3:13) El discernimiento no se basa solo en la intuición ni en el intelecto, sino que es una combinación de ambos que te permitirá usar tanto tu valor como tu cabeza para hallar la mejor posición para tu gente y organización.
- Multiplica tus oportunidades (1 Re 3:14-15) Aquellas personas que carecen de discernimiento, rara vez están en el lugar correcto y en el momento preciso. Los grandes líderes, como resultado de su discernimiento usan su experiencia y sus instintos para crear su "suerte".
¿Cómo cultivar el discernimiento?
- Analiza tus logros del pasado.
- Aprende cómo piensan los demás.
- Pon atención a las señales.
Dios usa muchas maneras para hablarnos, no siempre a través de un sueño o en la iglesia, sino que a través de diversas circunstancias nos envía las señales precisas en el momento oportuno. Por tanto, el discernimiento nos permite identificarlas a fin de que tomemos decisiones claves que puedan cambiar el curso de nuestro destino.
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