A fin de lograr un liderazgo efectivo, debemos desarrollar excelentes habilidades de comunicación, ya que nuestro mensaje debe ser claramente comprensible para motivar a nuestros oyentes a ponerlo en práctica. (Mt 7:24-29). Debemos también ser capaces de tomar verdades sencillas y sacar su complejidad al explicarla, para luego expresarla de manera clara y comprensible.
Estas cuatro verdades básicas pueden ayudarte a ser un comunicador efectivo:
1. Simplifica tu mensaje. No se trata de impresionar a la gente con palabrería, sino decirles algo que puedan comprender y poner en práctica (1 Ti 1:5-7). Así que conviene que te preguntes:
- ¿Son tus frases cortas y directas?
- ¿Tus oyentes podrán captar el sentido de tu mensaje o necesitan un diccionario?
- ¿Elegiste la menor cantidad posible de palabras?
- Si fueras un oyente y no supieras del tema ¿entenderías tu mensaje?
2. Presta atención a tu audiencia. Piensa en tus oyentes, en sus preguntas, deseos y necesidades. Procura aprender algo sobre ellos a fin de que enfoques tu mensaje en lo que necesitan oír.
3. Presenta la verdad. Existen dos formas de transmitir credibilidad en tu mensaje:
- Cree en lo que dices. Esa convicción transmite confianza y motiva a la gente a actuar.
- Vive lo que dices. Puede que te escuchen, pero atenderán mas a lo que muestras con tu ejemplo.
Siempre es bueno pedir opiniones de personas confiables sobre si creen que estamos viviendo lo que enseñamos. Pero recibe sus comentarios de buena gana a fin de que hagas los cambios necesarios para que seas mas consistente. (2 Ti 1:10-14)
Si tienes éxito al hacer esto, tu habilidad para guiar a otros tomará otro nivel. (Mt 9:35)
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