Bosquejos para enseñanzas bíblicas

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domingo, 18 de septiembre de 2022

¿Cómo puedo vencer la tentación?


La tentación se puede definir como ese impulso que nos incita a hacer o tomar algo que nos resulta atrayente pero que puede resultar inconveniente, de ahí que el apóstol Pablo afirmara que somos libres de hacer todo lo que queramos, mas no todo nos conviene, (1 Co 10:23) ya que todo cuanto hagamos trae sus consecuencias, sean positivas o negativas.

De ahí que se haga necesario que aprendamos a ser prudentes, de modo que podamos tomar decisiones que nos beneficien a nosotros mismos y a las personas que nos rodean. En ésta ocasión estamos abordando el tema de la tentación, la cual está siempre como una amenaza latente contra nosotros; por lo cual se hace indispensable que comprendamos desde el punto de vista bíblico su origen y naturaleza, así como nuestro posición y cómo vencerla a fin de salir airosos.

¿Quién genera la tentación?  
Cuenta la Biblia que en el principio de los tiempos hubo un ángel que se rebeló contra Dios porque consideró que podía ser un mejor gobernante que él y logró convencer a una tercera parte de los ángeles para que lo siguieran. Ese ángel posteriormente sería conocido como Satanás el diablo, el cual, bajo la forma de una serpiente se presentó ante la primera mujer y la incitó a comer de aquel fruto del cual Dios le dijo que no comiera en el Huerto del Edén. (Gé 3:1-24).

Desde entonces, el diablo junto con sus seguidores, se encuentran persuadiendo a gente de todo el mundo a desobedecer a Dios y a hacer cosas que a la larga no solo le perjudican a si mismo, sino a todos los que le rodean. Y así como cuando Dios le dijo al primer hombre que si desobedecía el mandato de Dios de no comer del fruto moriría, dichas consecuencias son heredadas por toda su descendencia, por cuanto todos pecamos. (Ro 5:12)

Mantengámonos alerta
Como ya lo habremos notado, tenemos por naturaleza la tendencia a pecar y sumado a ésto, tal como decíamos unas líneas antes, el diablo se encuentra al acecho, buscando sin parar como incitarnos a hacer cosas indebidas; y el hecho de que seamos cristianos, lavados y redimidos por la sangre de Cristo, no nos libra de dicha tendencia, ya que somos descendientes de Adán y por ende, heredamos el pecado y sus consecuencias.

Lo que si podemos es voluntariamente decirle NO al pecado, y mantenernos alerta para no caer en las trampas que el enemigo nos va a poner a lo largo del camino, para ello debemos mantenernos firmes en nuestra determinación de vivir como Dios dice en su Palabra que desea que vivamos. (1 Pe 5:8-9).

Fuimos llamados a vencer
En Romanos 6:11-12 el apóstol Pablo nos dice que estemos muertos al pecado, es decir, completamente indiferentes a lo que el diablo nos quiere ofrecer para apartarnos de Dios y de la determinación de vivir conforme a lo que él enseña en su Palabra. Ya que un muerto no siente ni puede hacer absolutamente nada. Dios desea que pase le que pase nos mantengamos tan imperturbable como el sueño de un difunto en nuestra determinación. La palabra concupiscencia se refiere al deseo de pecar, es decir, de pensar y hacer cosas que vayan en contra de lo que enseña la Biblia como correcto.

La buena noticia, es que aunque el principal aliado del diablo para incitarnos a pecar seamos nosotros mismos a través de "los deseos de la carne", nosotros hemos sido llamados a vencer esos deseos alimentando continuamente esa determinación de vivir  para Cristo.

¿Qué hacer cuando te sientes tentado?
Llegados a éste punto podrás hacerte ésta pregunta ¿y ahora qué hacer? El apóstol Santiago en su carta nos responde contundentemente cuando nos dice que nos sometamos a Dios, es decir, que nos refugiemos en él y mantengamos nuestra mente ocupada en buscar formas de obedecerle mejor y conocer mejor su voluntad por medio del estudio y análisis de su Palabra, pero también resistir al diablo, es decir, cortar de raíz en nuestros corazones todo aquello que veamos que pueda ser usado por el diablo para tentarnos (Stg 4:7).

Conclusión
Por muy cristianos que seamos y por muchos años que llevemos en el evangelio, tarde o temprano nos vamos a enfrentar a situaciones que pongan a prueba nuestra fe y es posible que alguna que otra vez caigamos, ya que no es fácil esta lucha; sin embargo, lo importante aquí es que seamos diligentes a la hora de tomar medidas para no dejar que el diablo gane terreno en nuestras vidas y podamos mantenernos firmes en Dios hasta el fin, porque ¡si se puede vencer la tentación!

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