«A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia» Dt 30:19
A lo largo de este año aprendimos muchas cosas, vivimos muchas experiencias, tuvimos momentos felices y otros tristes. Sin embargo, en todo tiempo Dios estuvo con nosotros y gracias a que aprendimos muchas cosas de su Palabra, pudimos reconocer su mano moverse a nuestro favor.
1. «La repetición de la repetidera»
Muchos abandonan las iglesias donde asistían porque afirman que en ellas no se dice nada nuevo, sino lo mismo de siempre. No obstante, a la hora de la prueba solemos olvidar lo aprendido y se hace necesario que volvamos a aprender hasta que lo interioricemos.
2. ¿De qué manera honramos a Dios?
Honra es el respeto y buena opinión que se tiene de una persona. Por tanto, si decimos amar a Dios debemos honrarlo y aquí vemos tres maneras en que podemos hacerlo:
a. Con nuestro ejemplo (Mt 5:15-16)
b. Con nuestros bienes (Pr 3:9-10)
c. Hablándole a otros (1 Pe 2:9)
Conclusión
Hemos podido comprobar, al igual que el pueblo de Israel que nuestro Dios no es un ser imaginario, sino alguien que a pesar de su inmenso poder se interesa por nosotros y lo demuestra con hechos concretos. ¿Qué haremos? ¿Seguiremos nuestras vidas o haremos como Josué? (Jos 24:15) La decisión es nuestra.
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